La semana arranca con un shock de optimismo en el mercado financiero argentino. La nueva composición del Congreso que dejaron las elecciones legislativas del domingo impulsó una ola de compras que se siente con fuerza tanto en Buenos Aires como en Nueva York. El mercado lee el resultado político como una señal de mayor equilibrio institucional y un aval a las reformas económicas, desactivando la presión dolarizadora que dominó los últimos días previos al comicio.
En la Bolsa porteña, los operadores reaccionan con entusiasmo y se posicionan agresivamente en acciones líderes y bonos soberanos. La jornada muestra un ambiente muy distinto al de la semana pasada: el foco ya no está en cubrirse, sino en reconstruir posiciones en activos locales descontados tras la volatilidad preelectoral. El flujo comprador se extiende también hacia los ADRs argentinos en Wall Street, que protagonizan saltos históricos.
En el mercado de renta fija, el movimiento es igual de contundente. Los bonos rebotan con fuerza y el riesgo país experimenta una baja pronunciada, en línea con una lectura más constructiva del escenario político. Se consolida la idea de que la gobernabilidad mejora y el programa económico podría ganar velocidad en los próximos meses.
Los analistas remarcan que este rally se explica por una combinación de voto mercado-friendly, apetito global por riesgo y posicionamiento táctico luego de semanas de cobertura extrema. La pregunta es si esta reacción se sostendrá en el corto plazo o si es solo un movimiento inicial de ajuste tras la incertidumbre electoral.
El S&P Merval avanza 22%, en una de las jornadas más explosivas del año y con un volumen que supera ampliamente el promedio reciente. El panel líder es un festival de compras. Entre las acciones más destacadas aparecen Grupo Supervielle (+38,5%), Metrogas (+37%), BBVA (+30,9%) y Banco Macro (+29,1%), todas capitalizando expectativas favorables sobre el clima de inversión local.
La reacción del equity argentino refleja el reposicionamiento global sobre el país. Tras las elecciones, la expectativa de continuidad de reformas y una mayor previsibilidad institucional alentaron un fuerte reingreso de flujos hacia activos de riesgo. Hoy se vive una jornada típica de risk-on argentino: los inversores vuelven al equity con decisión.
Las energéticas muestran un protagonismo claro. La mejora responde a la expectativa de que continuará la normalización de precios relativos y el fortalecimiento de los ingresos dolarizados del sector. El área energética volvió a ser el refugio preferido del inversor institucional.
El rebote también alcanza al sector financiero. Los bancos quedaron muy castigados en las últimas semanas ante la dolarización de carteras y ahora lideran compras tácticas. El mercado considera que un Congreso más equilibrado podría reducir riesgos regulatorios para el negocio financiero.
En Wall Street, los ADRs argentinos operan con mayoría de subas y reflejan el renovado interés del exterior por la plaza local. Entre los avances más marcados se observan Banco Supervielle (+52%), BBVA (+41,3%), Grupo Financiero Galicia (+40,1%), Banco Macro (+39,2%), y Transportadora Gas del Sur (+38,7%).
El rally es de magnitud inusual y está concentrado en sectores particularmente sensibles a señales políticas. Los bancos encabezan el salto, producto de la mejora en las expectativas de recuperación económica y del acceso al crédito. El mercado internacional lee los resultados comiciales como un freno a eventuales iniciativas disruptivas para el sistema financiero.
En igual sintonía, las energéticas vuelan en Nueva York. Con un programa exportador en marcha y nuevas reglas de mercado aún en construcción, estas compañías quedan en el radar de grandes fondos que buscan exposición a activos de valor. Las transportadoras y distribuidoras eléctricas se benefician de la combinación de tarifas en proceso de actualización y mejora macro proyectada.
Los operadores en Manhattan destacan que la Argentina vuelve al mapa del trading emergente. La caída del dólar financiero y la fuerte baja en el riesgo país muestran que se reduce la percepción de eventuales tensiones políticas en el corto plazo.
La recuperación del mercado de deuda es otra señal contundente del cambio de clima. Los bonos globales operan con mayoría de subas, con avances liderados por AE38D (24,8%), AL35D (+23,7%), y GD35D (+22,9%). El movimiento marca un giro respecto de las semanas previas, cuando la incertidumbre electoral y la tensión cambiaria apagaban la demanda.
La mejora responde también al desplome del riesgo país, que se ubica en 655 puntos básicos. La compresión del spread muestra que el mercado descuenta menor probabilidad de episodios de estrés financiero y una mayor capacidad de refinanciamiento de la deuda pública. Se trata de un diferencial que hasta hace pocas semanas parecía inalcanzable.
Este rebote no solo es táctico: algunos fondos de inversión que habían reducido posiciones están regresando lentamente a la curva argentina, atraídos por precios deprimidos y rendimientos que, aún tras esta suba, continúan siendo elevados en comparación con la región.
Sin embargo, la prudencia no desaparece totalmente. Para los próximos meses, la sostenibilidad del rally dependerá del curso del programa económico, la continuidad del orden fiscal y el éxito en estabilizar la brecha cambiaria. El mercado celebró el resultado electoral, pero pedirá hechos rápidamente.
La jornada marca un antes y un después para los activos argentinos. La reacción bursátil muestra que la lectura política fue positiva en términos de gobernabilidad y continuidad de reformas. El mercado siente que se gana tiempo para consolidar la estabilidad financiera y avanzar en medidas estructurales.



