Queda un mes. Apenas comience el 2026, Luis Caputo tendrá un compromiso ineludible con los inversores internacionales: durante la primera semana del próximo año vencen u$s4.200 millones de deuda, entre capital e intereses, que el Gobierno tendrá que cumplir sí o sí.
La cuestión es de dónde Caputo va a sacar la plata para cumplir.
Las reservas en el Banco Central, en estos últimos meses, no las juntó. Ni hay tiempo para comprar las divisas de acá hasta que caiga el vencimiento.
“Pagar se va a pagar. La pregunta del millón no es ‘si’ se paga, sino qué alquimia financiera utilizará el equipo económico para que los dólares aparezcan. El menú de opciones es bastante amplio. Todas las cartas están sobre la mesa y el Gobierno las está explorando”, asegura el economista Miguel Kiguel en su último informe a clientes.
A esta altura de la relación con los Estados Unidos, la administración Milei tiene a mano la posibilidad de activar un nuevo tramo del swap con el país norteamericano.
“Eso mismo fue lo que sucedió con el último pago de intereses al FMI y no descartamos que la carta del tío Scott se vuelva a jugar”, recuerda Kiguel
De ese intercambio, por un total de u$s20.000 millones, solo se activaron u$s2.741 millones, según informó el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
El problema —por decirlo así— es que una nueva activación del swap incrementaría el stock de deuda externa, bilateral, con los Estados Unidos. Y esa noticia podría dejar intranquilos a los inversores internacionales. ¿Acaso esa deuda no tendrá trato privilegiado, ante una exigencia del gobierno estadounidense?
Son dudas que se extienden por Wall Street.
La otra alternativa alcanzaría a un club de bancos, en su mayoría estadounidenses, que estarían disponibles para lanzar un crédito puente a la Argentina por el monto total del vencimiento de enero.
Descartada la opción de que esa línea sea por u$s20.000 millones, en la City estiman que la posibilidad cierta es que, en cambio, el préstamo del consorcio de bancos —entre los que estarían el JP Morgan y Morgan Stanley— calce exactamente con el monto del vencimiento.
La contra de un crédito bancario es que se trata de una línea de corto plazo. En todo caso, serviría como un puente hasta que el Gobierno logre una baja del “riesgo país”, que abra las puertas a un refinanciamiento de mercado.
“La contra es que hay que poner títulos como colateral y expone al Tesoro al riesgo de tener que poner más garantías si el precio de los bonos cae. En cualquier caso, tanto el “repo” como la ayuda externa implican aumentar los pasivos de corto plazo”, analizó Kiguel.
De acuerdo al informe de Kiguel, el ministro de Economía explora la posibilidad de lanzar una emisión de bonos en dólares en el mercado local. En busca de los “argendólares”.
La clave de esta operación refiere al stock récord de los depósitos en dólares, que ya se encuentran en u$s35.000 millones.
Este nivel permitiría ir en busca de los ahorros de los argentinos. “Algo podría captarse con una tasa lógica. Es verdad que si el Tesoro sale a pescar en esa pecera podría generar un efecto de crowding out, quitándole algo de financiamiento en dólares a las empresas y al sector privado, pero dada la magnitud de los montos, tampoco creemos que sea algo dramático”, sugirió el reporte de Econviews.
La segunda posibilidad de este tipo refiere a una emisión de deuda, pero dedicada para inversores extranjeros, del tipo “Bonte 30”, que se exploró en algún momento del año.
“Esta mecánica ya funcionó este año y permitió juntar dólares sin tener que emitir pesos para comprarlos, algo que al Gobierno le preocupa”, escribió Kiguel.
La última chance tiene que ver con dejar pasar cualquier de estas chances y terminar en un pago vía el Tesoro, con dólares que le traspase el BCRA. Serían parte de los dólares que en su momento prestó el FMI. Una operación de este tipo dejaría a las reservas en un escalón todavía más negativas, en un momento en que los financistas quieren ver al Gobierno comprando dólares y no vendiendo lo que queda en el fondo de la olla.
Por eso mismo, el riesgo país no baja de los 650 puntos y se mantiene en un nivel inviable para salir a refinanciar deuda en el mercado voluntario de crédito.
La apuesta del Gobierno, por ahora, fue intentar ganar la pulseada al mercado. Intentar conseguir financiamiento alternativo: ya sea vía la emisión de deuda de las compañías o de las provincias.
¿Habrá un giro próximamente? En pocas semanas se sabrá.



